SILÍCEA


Dr. Alexis Sosa
Odontólogo homeópata 
Ex docente de la Escuela Homeopática Hahnemanniana del Uruguay


Silícea (o tierra silícea) es un compuesto oxigenado de silicio. En estado natural es un cuerpo insoluble y de acción nula si se ingiere.
El silicio es el segundo elemento más abundante en la corteza terrestre (27,7% en peso) después del oxígeno.
No existe en estado libre, sino que se encuentra en forma de dióxido de silicio (llamado comúnmente sílice) y de silicatos complejos (granito, feldespato, arcilla, mica).
El dióxido de silicio (SiO2) es el componente principal de la arena. Este compuesto, ordenado espacialmente en una red tridimensional (cristalizado), forma el cuarzo y todas sus variedades. Si se encuentra en estado amorfo constituye el ópalo (que suele incluir un porcentaje elevado de agua), y el sílex.
Es un semiconductor. El cuarzo recibe, amplifica, transforma y transfiere energía. Por sus propiedades es muy utilizado en tecnología espacial y médica. Sus vibraciones son extremadamente precisas.

En el cuerpo humano forma parte de cabellos, uñas, paredes vasculares. Su principal función es de sostén del tejido conjuntivo.
Su cantidad en el organismo es menor al 0,001%.
Para preparar el medicamento homeopático se usa silícea pura extraída de cristal de roca. Las primeras dinamizaciones se hacen por trituración y las restantes por el método convencional, transformándose en uno de los medicamentos más poderosos de la materia médica.

Acción general
Es de acción lenta, larga y profunda.
Predomina en el tejido conjuntivo y actúa como un cemento celular.
Esencial en los procesos de asimilación, mineralización y nutrición general del individuo.
Su efecto en la mente es de dar mayor claridad y fuerza pensante.
Su déficit puede producir:
-         Mala asimilación.
-         Desmineralización avanzada de la célula.
-         Extrema debilidad física y mental.
-         Detención del desarrollo en el niño.
-         Estrechamente relacionado con la inflamación de tejidos cuando han llegado a la supuración.

Características

   Niños
·         Flacos, no por mala alimentación, sino por mala asimilación.
·         Vientre grande, abultado, firme a la palpación, que se destaca en su cuerpo.
·         Miembros delgados.
·         Cabeza grande, con cara triste y avejentada.
·         Las fontanelas tardan en cerrar.
·         Piel fría.
·         Transpira abundantemente en cuero cabelludo, cara y cuello.
·         Transpiración ofensiva de pies.
·         Falta de apetito y gran sed.
·         Constipación especial: la deposición sale con mucha dificultad, pero cuando comienza a ser expulsada, vuelve a entrar.
·         Crecimiento muy lento, tarda en caminar, no aumenta de peso.
·         Dentición lenta con diarrea persistente.
·         Inquieto, agitado, malhumorado, terco y obstinado.
·         Hipersensible a los ruidos.
·         Dormir  inquieto.
·         Inteligente.
·         Mirada vivaz.
·         Tímido, sobre todo a aparecer en público.
·         Voluntarioso.

   Adultos
     (No modifica gran cosa)
·       Generalmente delgado, friolento, débil, con músculos blandos.
·       Sistema nervioso debilitado, deprimido, irritable, tímido, sumiso.
·       El trabajo mental le es muy difícil. Leer, hablar o pensar lo puede fatigar.
·       Extremadamente meticuloso.

Lateralidad: Izquierda.

Agrava:
-         Por frío (se resfría fácilmente), al aire libre, en invierno.
-         Acostado.
-         Por humedad.
-         Durante la menstruación.
-         En luna llena (Calc) o en luna nueva.

Mejora:
-         Por calor seco.
-         Siendo magnetizado.

Sistema nervioso:
-         Produce tendencia de debilidad paralítica, que parece debida a nutrición defectuosa del sistema nervioso central.
-         Hiperestesia sensorial y mental.
-         Ansiedad e irritación.

Imagen del paciente Silícea

Núcleo central: FALTA DE CONFIANZA EN SÍ MISMO. Se siente desvalido y tiene miedo al mundo.

  La imagen puede variar del sujeto delgado, pálido, delicado, refinado, friolento, tímido y llorón, hasta el sujeto gordo, panzón, edematizado, muy irritable, meticuloso y obstinado.
Viven cansados. Les falta vitalidad especialmente en relación al trabajo mental, por lo tanto aprenden a conservar su energía. Van a lo esencial y no discuten por gusto.
Son intelectuales, inteligentes y muy perceptivos.
Son condescendientes y reservados, pero no por cobardía (como Lyc o Gels). Esa sumisión surge por una falta de energía para defender su punto de vista.
Tienen su propia opinión, pero no quieren molestarse en imponerla.
Muy sensibles a las impresiones.
No son agresivos ni críticos (como Lach)
No son impacientes ni dependientes (como Ars o Phos).
Es el mayor obsesivo de la materia médica, nunca está seguro de nada: vuelve a ver si cerró la puerta con llave o si cerró la llave del gas, cuenta y recuenta el dinero para asegurarse de que no faltó nada.
Niños
Físicamente son delgados, tienen vientre y cabeza grande.
Piel amarillenta y fría.
Son lentos para caminar y en cerrar las fontanelas.
Sudor copioso en la cabeza, y fétido en los pies.
  Son muy inteligentes, agradables, delicados y dulces, y es fácil encariñarse con ellos.
Tienen mirada inteligente pero triste.
Es tímido (2), sobre todo ante extraños o cuando debe aparecer en público (3). En la consulta no se despega de su madre.

Paradojalmente, el niño Silícea es el niño más dócil y obstinado de la materia médica, y oscila entre la docilidad y la irritabilidad.
Este proceso comienza con su sensación de indefensión, a lo que le sigue su necesidad de apoyo, la agresividad (sobre todo contra el ser amado), la represión de la agresión, y el consiguiente aumento de su angustia. Su hostilidad es una defensa por su sensación de  impotencia ante un mundo que siente demasiado agresivo para él, y por eso necesita apoyo constante.
A pesar de su dependencia rechaza el consuelo (3), y el consuelo lo agrava (3) porque considera humillante que le tengan piedad.
No tolera que lo contradigan (2), pudiendo hacer rabietas con chillidos y llanto. [Irritabilidad extrema (3) en niños (2)].
A pesar de todo eso, su actitud es suave (3) y tiene deseos de ser magnetizado (3).
Los niños Sil son extremadamente correctos y serios. La mayoría de los niños, cuando su madre les corrige algo, a los pocos días se olvidan de la corrección; los niños Sil nunca la olvidan, y se imponen la acción correcta. Esto representa mucha represión mental.
Como este control de su medio es inestable, tendrá serios trastornos por anticipación (3). Si no tiene más remedio que enfrentar algún compromiso, lo comenzará con terror, pues le parece que su cerebro está vacío (se queda momentáneamente en blanco) y que no va a poder coordinar las ideas, pero en el desarrollo del evento va adquiriendo seguridad y lo finalizará con éxito.
Silícea tiene miedo de saber menos de lo que realmente sabe. (Silícea no sabe que sabe, mientras que Lyc sabe que no sabe).

A medida que va creciendo, fluctúa entre la necesidad de dependencia y la de autoafirmación. Para apuntalar ésta, pondrá todo su empeño para que todo le salga bien, con un riguroso control de los mínimos detalles. Será el niño modelo, meticuloso (3) y responsable hasta en nimiedades (3); sus juguetes estarán en orden, lo mismo que sus libros. Es el predecesor del avaro (2), coleccionista que todo junta y ordena con esmero. Esta avaricia es otra manifestación de su inseguridad, acumulando bienes materiales en un intento para compensarla.

Se asusta fácilmente (2) y se enferma por sustos (3).
No tiene miedos específicos; es como si temiera al mundo sin elaboración alguna de esos temores.
tiene un temor característico, y es el temor a las alfileres (2), que simbolizaría su agresividad vuelta hacia sí mismo. Tiene ilusiones sobre alfileres (2). Junta y cuenta alfileres. En realidad, todo objeto punzante constituye una obsesión. Incluso no comen pescado por miedo de clavarse una espina.
Temor al trabajo, sobre todo intelectual.
Por todo esto, el niño silícea (y el adulto también) vive triste (2), descontento (2) y malhumorado (3).

Vale la pena destacar, en lo general, que el conflicto básico de todo niño oscila entre la necesidad de dependencia y la de autoafirmación. El proceso de autoafirmación exige competencia y lucha con su medio ambiente. Por lo tanto, su dinámica individual (que está determinada por factores constitucionales y predisponentes) puede desarrollarse hacia la gente, contra la gente, o aparte de la gente.

·         Hacia = (Sil y Puls) Acepta su impotencia, y a pesar de su temor trata de ganar el afecto y el apoyo de los demás. Necesita que lo acepten y que lo aprueben.
·         Contra = (Lyc) Acepta el desafío y presenta batalla. Pretende regirse por la ley del más fuerte. Necesita ser admirado.
·         Aparte = (Sulph) Construye su propio mundo. Es impenetrable. Pone distancia emocional entre él y los demás.

Adulto
El conflicto básico se mantiene. En su medio laboral estará callado, expectante, y no hablará por temor a equivocarse. Siempre buscará la aprobación del superior, quien funciona como sustituto de la imagen paterna.
Es consciente de sus limitaciones y se lo reprocha a sí mismo.
Considera humillante que le tengan piedad, y por eso no tolera el consuelo.
  Tiene juicios y prejuicios categóricos que no puede cambiar. Por ej.: “el sexo es pecaminoso en cualquier circunstancia”. Es como si una pequeña porción del cerebro se le hubiera esclerosado, causando la pérdida de flexibilidad del pensamiento respecto a conceptos específicos.
  Considerando su estado mental reservado y sumiso, tiene tendencia a desarrollar ideas fijas, lo que también lo hace propenso a desarrollar tumores de todo tipo (fibromas, quistes mamarios, verrugas, etc.), los que generalmente son duros (Calc fluor. y Bar Mur.)
  La sumisión de Sil se muestra característicamente en su conocido estreñimiento. Las heces son muy duras y los músculos rectales inactivos. Hace gran esfuerzo pero las heces vuelven hacia adentro.
Tiene pocos amigos. No discute con nadie pero grita en casa. Ahí quiere todo en orden, hasta el más mínimo detalle.
Desespera de que la gente no cumpla como él, que jamás llega tarde al trabajo y se queda después de hora. Es el empleado ejemplar.
Tiene gran ansiedad por el futuro.
Su orden (reacción obsesiva a su inseguridad) es su motivo de orgullo, y también le sirve para que no le lleguen a decir que no sirve para nada; por eso es intolerante a la contradicción (2).
Parte de su continua represión diurna la libera durante el sueño; por eso su dormir es inquieto (3), habla en sueños (2), y puede haber sonambulismo (2). Carece de ensueños agradables: sueños ansiosos que lo despiertan (2), pesadillas interminables (2), y sueña frecuentemente con fantasmas, perros y ladrones.
Por supuesto, sueña con alfileres (2). También sueña con diluvios, chorros de agua, o con aguas tranquilas.
Si bien no figura en el rubro específico de temor a las tormentas, sueña con ellas (2). Durante las mismas sus síntomas mentales se agravan (tormenta agrava), y es casi el único asmático que se agrava durante una tormenta.
Nadie como Silícea sueña con sucesos ocurridos hace mucho tiempo (3).
Con todos estos contenidos oníricos es comprensible que su dormir sea inquieto, despertándose a menudo con la sensación de no haber descansado nada. Por lógica, están irritables a la mañana al despertar.
Padece de insomnio (3), a veces total. Lo que modaliza realmente a este tipo de insomnio son las tufaradas de calor, como si fueran oleadas de sangre (orgasmos de sangre, 3), o como pulsaciones, sobre todo en el abdomen (2).
Como la ansiedad de Silícea mejora con el movimiento, por eso se agrava cuando está acostado. Es uno de los pocos pacientes que no puede estar sentado quieto, y es el único medicamento de la materia médica que está francamente inquieto al despertar.

El derrumbe de Silícea comienza cuando su meticulosidad (3) resulta insuficiente para compensar su falta de seguridad. Entonces pone en juego toda su capacidad intelectual. A partir de ese momento, cada decisión es una competencia consigo mismo, y no quiere emprender nada por miedo al fracaso.
Cada situación de compromiso aumenta su angustia (anticipación, 3).
Este desgaste nervioso frente a las dificultades lo agota intelectualmente. Su memoria empieza a debilitarse, especialmente para el trabajo intelectual. No puede concentrarse (3), se siente confuso al despertar, como en estado de ebriedad, después de comer, y es el único medicamento en la materia médica que empeora cuando habla (3).
A medida que va aumentando esta dificultad para pensar y comprender (3), disminuye su compulsividad en cumplir con sus obligaciones. Está más embotado por la tarde, y le toma aversión al trabajo mental. Llega a un punto en que le es imposible realizar cualquier tarea mental, ni siquiera leer.
Aplastado por su debilidad, y demasiado cansado para sobrellevar su pesada carga (cansado de vivir, 3), desea la muerte (2) con disposición suicida (2), ahogándose (2), en un simbólico esfuerzo por volver al vientre materno.

Síndrome mínimo característico
(Es la síntesis de aquellos síntomas raros y peculiares que definen una personalidad, y que permite por sí sola la elección del remedio).

1.       Falta de confianza en sí mismo. Domina toda su personalidad.
2.       Timidez. Sobre todo a aparecer en público.
3.       Obstinación.
4.       Minucioso. Perfeccionista.
5.       Trastornos por anticipación.

Otros síntomas que también caracterizan a Silícea son:
-         Deseo de ser magnetizado.
-         Hipersensible, sobre todo a ruidos.
-         Ansioso. (La ansiedad es el miedo sin causa aparente).
-         Agrava por el consuelo.
-         Intolerante a la contradicción.
-         Confusión mental y dificultad de comprensión.
-         Irritabilidad, sobre todo en niños.
-         Agrava estando solo.
-         Ilusión de estar dividido en dos.
-         Ilusión de que su lado izquierdo no le pertenece.

Indicaciones: Silícea es un excelente eliminador de agujas, espinas de pescado, secuestros óseos, proyectiles, esquirlas, partículas en los pulmones de los talladores de piedra.
  Es famosa por abrir abscesos profundos, curar a pacientes con tendencia a las supuraciones, y en procesos supurativos crónicos.
Excelente en pericoronaritis de tercer molar.
Cuidado, sólo darla cuando cubre al paciente como un todo, pues por ser Sil un remedio de acción muy profunda, es arriesgado prescribirlo sistemáticamente porque un absceso necesite abrirse.





Síntomas particulares:

Ojos
-         Fotofobia intensa.
-         Inflamación y supuración en vías lacrimales.

Oídos
-         Hipersensibilidad a ruidos.

Cara
-         La piel se agrieta fácilmente, particularmente nariz y labios.
-       Acné, principalmente en el mentón.
-       Transpiración de cara con parte inferior del cuerpo seca.
-       Neuralgia facial con latidos y enrojecimiento de cara.
-       Induración de tejido celular de cara por abscesos de encía.

Cuero cabelludo
-      Muy sensible y fácilmente doloroso.
-      Fontanelas abiertas.
-      Dolor de cabeza, comienza en nuca y asciende progresivamente hasta la región supraorbitaria, donde se fija.
-      Mejora abrigándose la cabeza (calor).
-      La parte dolorida transpira abundantemente.
-      Dolor de cabeza agrava por esfuerzo mental o por el movimiento.
-      Transpiración de cabeza.

Aparato digestivo
1.       Boca
-         Hinchazón frecuente del labio superior.
-         Boca seca con sed viva.
-         Lengua revestida de capa marrón, tumefacta y adormecida.
-         Sensación de pelo sobre la lengua.
-         Alteración del esmalte dentario (rugoso), más marcado en el cuello dentario.
Dientes
-         Duelen con tiempo húmedo y frío.
-         Duelen en tiempo lluvioso.
-         Amarillos.
-         Retracción gingival marcada.
-         Abscesos paradenciales.
-         Piorrea (paradentosis).
-         Dentición difícil en niños.
-         inflamación y endurecimiento de glándulas salivales, principalmente de las parótidas.

2.       Faringe
-         Resfríos y amigdalitis a repetición.
-         Amigdalitis supuradas.
-         Parálisis del velo del paladar.

3.       Estómago
-         Falta de apetito y gran sed.
-         Bulimia.


Aversión
-         Total a cosas calientes.
-         Asco por la carne.
-         Intolerancia a bebidas alcohólicas.
-         Leche. El niño vomita la leche materna.
Deseo
-         De cosas frías.
-         Helados y agua helada.

4.       Abdomen
-         Duro y tenso, sobre todo después de comer.
-         Cólicos cortantes alrededor del ombligo, con necesidad de evacuar.
-         Sensación de constricción alrededor del vientre. Por eso no le gustan los vestidos ajustados.

5.        Recto y deposiciones
-         La deposición sale después de muchos esfuerzos, pero cuando ha salido en parte, vuelve a entrar.
-         Hemorroides dolorosas.
-         Constipación constante antes, durante y después de las reglas.

Aparato urinario
-         Micciones frecuentes. La orina sale gota a gota, con viva irritación de la uretra.
-         Incontinencia nocturna en niños.

Genitales
1.        Masculinos
-         Debilidad después del coito, que lo agota. Le cuesta mucho recuperar su energía.

2.        Femeninos
-         Reglas adelantadas, muy abundantes o demasiado débiles.
-         Útil en tendencia a abortos espontáneos, debilidad uterina o debilidad de cuello de útero.

Aparato respiratorio
1.        Nariz
-         Epistaxis abundante.
-         Estornudos a la mañana.
-         Coriza alternativa, fluente, muy tenaz.
-         Comezón y enrojecimiento de punta de nariz.

2.        Laringe
-         Sequedad de laringe.
-         Sensación de pelo en la garganta.
-         Tos agravada por bebidas frías, por la palabra, peor de noche acostado.

3.        Bronquios y pulmones
-         Útil para la expectoración y eliminación de cuerpos extraños.
-         Tuberculosis supurada.

4.        Espalda y extremidades
-         Temblores en miembros.
-         Temblor en manos al usarlas.


Uñas
-         Rugosas y quebradizas.
-         Manchas blancas.
-         Panadizos.
Manos
-         Transpiración abundante.
Pies
-         Sudor ofensivo y acre.
Piel
-         Fina, malsana, con tendencia a la supuración.
-         Caída de cabello.
-         Abscesos que se vacían mal y tienen tendencia a la fistulización.
-         Grietas del pezón.
Fiebre
-         Constantes escalofríos aún en habitación caliente.
-         Pulso pequeño, rápido, irregular.
-         Enrojecimiento de mejillas, como manchas.


Transpiración
  La transpiración de Silícea merece comentario aparte, pues es característica: Tiende a transpirar copiosamente, principalmente en las axilas, nuca y pies, y todo va bien mientras esto siga así. Si el sudor es impedido por antitranspirantes, polvos pédicos, etc., el paciente puede desarrollar serios síntomas por supresión. Hasta incluso la evaporación puede tener efecto desequilibrante, pues si un paciente Sil se expone transpirando a una corriente de aire que evapore su sudor, puede desarrollar cefaleas o artralgias.
  La transpiración, principalmente la de sus pies, es ofensiva y acre. El olor ofensivo es muy fuerte, y pueden lavarse los pies tres veces al día sin resultados efectivos para disminuirlo. El olor se debe a la descarga de toxinas. Es acre porque no hay medias que le duren. A un paciente normal, un par de medias le puede durar 2 años; al de Sil le pueden durar 3 meses. Literalmente, desintegra los calcetines.

-         Sudor ofensivo en pies (que están fríos como el hielo), axilas, manos.
-         Comienza a transpirar en cuanto se duerme.

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Bibliografía

-        Vitoulkas
-        Candegabe
-        Kent
-        Paschero
-        Lathoud









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