El método homeopático consiste en una serie de
pasos para determinar el remedio indicado.
Primero es la entrevista al paciente, le sigue
la traducción de sus síntomas al repertorio homeopático, luego la
jerarquización y el análisis, lo que habitualmente se lleva a cabo a través de la repertorización.
Quería hacer una breve reflexión sobre algunos
aspectos de este proceso.
Hahnemann estableció la principal orientación
a través de los síntomas característicos como una de las formas mas
indicadas de llegar al remedio. Es decir, priorizando aquellos síntomas“más
notables, singulares, extraordinarios y peculiares” mencionados en los
parágrafos 104 y 209 del Organon.
No obstante esta orientación original puede a
veces dejar dudas en muchos casos concretos.
Por ejemplo si un síntoma es notable o
extraordinario al decir de Hahnemann, puede diferir de un observador a otro. Y
esto no es menor.
Otros puntos orientadores fueron sumándose en las escuelas, muchos probablemente derivados de Kent, como el esquema jerárquico sucesivo de síntomas mentales, generales y locales, la modalización y el mayor valor de aquellos síntomas con mas arraigo en el tiempo.
El planteo miasmático introdujo otra vertiente
con visiones que muchas veces no son coincidentes.
En los últimos tiempos han surgido aportes de
distintos autores en el mundo tratando de encontrar el medio de afinar el
método.
Aunque los resultados puedan ser dispares, no
dejan de ofrecer un campo mayor de posibilidades para investigar, en especial
en aquellos casos difíciles.
Están también quienes dejan de lado en buena
medida la repertorización y apuntan a un síntoma o grupo de actitudes y
vivencias como forma de llegar al simillimum.
Otros buscan el remedio a través de caminos
menos ortodoxos para la homeopatía.
A pesar de todo, estamos muchas veces en un
mar de incertidumbres y tratamos de ir hacia alguna de las orillas que mas
conocemos o confiamos.
El sistema homeopático presenta grandes
virtudes pero a la vez carencias. Y entre estas últimas, muchas se recogen
desde el principio del método hasta el fin. Desde la patogenesia hasta la
percepción de los síntomas del paciente, encontramos dificultades,
apreciaciones personales distintas, traducciones erróneas, distancias
culturales, etc. ¿Cuanto puede magnificar estos aspectos las dificultades, aún
aplicadas al método que escojamos como mas idóneo?
¿Como disminuir la brecha de la sumatoria de
estos eventuales errores?
La solución parece ser parte del problema, y no
es precisamente una novedad: el conjunto.
Nos han señalado ya, que aquel remedio que
cubra mas síntomas del conjunto del paciente tiene mas probabilidades de ser el
adecuado.
Involucrar la totalidad es uno de los
principales factores que acercan al remedio y limitan el margen de error.
Totalidad e individualidad se enlazan así en
esta particular ecuación de la homeopatía.
A pesar de ello, tenemos que reconocer que la
subjetividad del homeópata incide en cualquiera de los métodos que escojamos, y
a la vez tiene un valor esencial.
Mas allá de los lineamientos de los distintos
métodos y su intento de objetividad, el ser humano que lleva adelante la tarea está
siempre detrás de los detalles, con su conocimiento, experiencia y artesanía.
Por eso, bienvenidos todos los nuevos aportes
al método homeopático, pero como decía el querido maestro Bronfman, para
novedades, los clásicos.
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